jueves, 30 de agosto de 2012
Boda de Verónica y Edward en Los Claustros
Hoy hablamos de la novia más buscada en la última semana. Desde que el blog de Casilda se Casa publicase fotos de nuestra novia más vintage, Verónica, no han parado de pedrinos más info sobre esta boda.
Conocimos a Verónica y a Edward en marzo de este año, y tras una visita a Los Claustros, Verónica nos dio un "Si, quiero (casarme aquí)".
Verónica es una novia muy romántica y le gustaba la idea de ser ella misma quien decorase su boda, lo tenía muy claro. Para los centros de mesa compró botes de cristal, recopiló libros de su abuelo, y trabajó hasta unas horas antes del enlace en cada detalle junto a sus mejores amigos. Un gran equipo para un resultado 10.
Se vivió en Los Claustros una boda vintage, con detalles que parecía que se había retrocedido en el tiempo.
Al ser una boda muy distinta a otras, la mejor forma de contarla en este post era que la misma novia, el primera persona, describiera cómo fueron los preparativos y la elección de cada detalle.
"Nunca fui de las que se casan. Nunca fui de esas niñas que soñaban con vestirse de princesas en el día de su boda. Nunca quise que nada fuese absolutamente perfecto de cara a la galería. Cuando Edward me pidió matrimonio tuve una cosa muy clara: sería a mi manera.
Lo primero fue el vestido: siempre quise uno vintage, no uno de tantos de "inspiración vintage". Quería que el mío tuviera una historia y una energía previas. Lo encontré en Ebay de casualidad y tenía mis medidas exactas así que pujé y pujé hasta que me lo llevé. Es de los años 30, en terciopelo de seda color crema, con un fruncido en las mangas digno de la Alta Costura. No necesitaba arreglos pero quería abrirle la espalda para darle un toque sexy, y se lo llevé a Marcela Mansergas pues nadie mejor que ella respetaría la esencia de un vestido tan especial.
Con el velo sucedió mas o menos lo mismo ya que andaba buscando una corona de capullos de cera tan típicos de la era Edwardiana y lo encontré. El encaje estaba perfectamente conservado pero el tul no resiste cien años y se deshacía con tocarlo así que lo cambié por tul nuevo,cosido con mis propias manos.
Mi ya marido es inglés así que en la decoración quería hacer un homenaje a la campiña inglesa. Creo que la belleza está en las cosas sencillas por eso escogí flores del campo pequeñas y nada ostentosas para las mesas y lavanda, avena y trigo para la ceremonia.
Había planeado la ceremonia en el exterior, en los restos de la antigua iglesia, pero una tormenta veraniega (con granizo incluido) dio un giro de última hora a mis planes. Gracias a todo el equipo de Los Claustros, nada se mojó y lució precioso dentro del zaguán.
Para las invitadas preparé unas cajas de fruta forradas con tela donde coloqué abanicos de sándalo y pañuelos bordados antiguos que fui comprando en subastas durante los meses anteriores...¡No quedó ni uno!
Como programas, diseñé dos modelos de "fortune teller" (en inglés y en español) cerrados por un lazo.
La zona de cocktail estaba adornada con detalles vintage de mi propia casa, latas de te como floreros y banderolas de ganchillo, de tela y de arpillera con encaje. Todas hechas a mano por mi! (¡cuántas noches tricotando delante de la tele!)
El resultado fue precioso y los invitados se llevaron parte de la decoración de recuerdo. Creo que todo el esfuerzo mereció la pena y conseguí lo que buscaba: que nuestro Día fuera un reflejo de nuestro estilo en el día a día.
Fotos de Paty Lipperheide para Los Claustros de Ayllón.
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Que guapa! Ya la vi en Casilda se Casa y es que tiene un estilo increíble.
ResponderEliminarMe chifla.....un ejemplo de ser una misma y de hacer una boda con cariño.....Mi enhorabunea
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