La boda de Carolina y Alberto en Los Claustros de Ayllón

Carol y Alberto se casaron a principios de este verano. Organizaron su boda con menos de un año y todo salió de maravilla, y eso que Carol tuvo que irse a vivir a otro país y organizar la boda a distancia.

Ella nos cuenta como organizó el día más feliz de su vida:

Teníamos claro que queríamos una boda diferente en un entorno campestre y único, fuera de Madrid. En cuanto conocimos Los Claustros de Ayllón nos enamoramos inmediatamente del lugar, no sólo es un lugar idílico para cualquier tipo de celebración sino que también tiene un equipo encantador, de una profesionalidad impecable que nos demostraron en todo momento y con la mejor de las sonrisas.

Poco a poco fuimos descubriendo que el pueblo de Ayllón encerraba un encanto especial, no sólo contaba con este antiguo monasterio franciscano, sino que además tenía muy cerca una preciosa iglesia, Santa María de Riaza, muy íntima y de estilo románico que era justo lo que estábamos buscando para celebrar la ceremonia.

Para el vestido buscaba algo de estilo romántico, fluido y con movimiento y elegir a Beba's Closet fue todo un acierto. La falda del vestido estaba hecha en tul de seda, con varias quillas que le daban movimiento. El cuerpo era de crepe de seda con un detalle de tul fruncido en el pecho.

Quería darle un toque especial y personal al vestido y gracias a unas sábanas que tenía mi madre guardadas que pertenecían a mi abuela lo conseguimos. Todos los detalles bordados pertenecían a esa sábana, fuimos eligiendo pieza a pieza para incorporarlas en el diseño a medida que confeccionaban el vestido. No pudo quedar mejor la combinación.

Los zapatos los encargué en MagritCouture, preciosos y comodísimos!. Eran de color rosa pastel y mezclaban dos tipos de piel, charol y piel de pitón.

Las joyas que llevaba me las regaló mi madre, joyas art déco de herencia familiar, un anillo de oro blanco con diamantes y un rubí en el centro que le regaló mi madre a mi padre en un viaje que hicieron y unos pendientes discretos también de oro blanco y diamantes que eran de mi abuela.

Tenía clarísimo desde el principio que quería casarme con una corona de flores, era el complemento perfecto para el tipo de boda que queríamos. María Salazar combinó a la perfección rosas, hortensias y gardenias preservadas y consiguió el toque que buscaba.

Le atamos por detrás a la corona tiras de tul de distintos largos para que hicieran el efecto de un velo.

También hizó las diademas de las damitas con hortesias preservadas en blanco y azul a juego con sus vestidos de Teresa y Leticia. Estaban todas bonísimas.

Me peinó y maquilló Rebeca Pulido que es un encanto y me dejó guapísima. Fue la fuente de tranquilidad y paciencia que necesitaba en un día tan especial, un gran apoyo y una gran profesional.

De las fotos se encargaron Click 10, que nos lo pusieron todo muy fácil. Tanto a Alberto como a mí nos resulta un poco incómodo hacernos fotos pero la verdad que desde el primer momento nos hicieron sonreír con naturalidad y lo pasamos fenomenal con ellos.

Recuerdo que estaba super nerviosa y hasta que no vi a Alberto no me relajé, entré a la Iglesia con una canción que nos emociona mucho a los dos, y no pude evitar ponerme a llorar en cuanto la escuché, Elisa "Eppure Sentire (Un senso di te). Tuve que parar con mi padre a mitad de camino para respirar hondo y controlar la emoción, fue uno de los momentos más emotivos para mí.

Salimos de la Iglesia mientras sonaba de fondo Edith Piaf - L'Hymne a l'amour, y en la entrada de la iglesia nos esperaba un coche que nos prestó el padre de mi cuñada, un Austin Healey verde precioso que nos llevó hasta Los Claustros para dar paso a la celebración.

De toda la decoración floral se encargó ElizabethBlumen, tanto de la Iglesia, como de las mesas y el ramo. Quedó todo espectacular. También me hizo una diadema preciosa para lucirla durante el baile. Los centros de mesa eran muy especiales, estaban compuestos por frasquitos de vidrio y por latitas forradas que contenían diferentes plantas, para que después de la comida los invitados pudieran llevarse una lata a casa a modo de recuerdo.

Los meseros nos los hizo un tío de Alberto a mano, y cada uno tenía una flor diferente dibujada. Fue un detalle que nos hizo especial ilusión, ya que tenemos muy buena relación tanto con él como con su mujer.

El protocolo de las mesas y el centro del libro de firmas lo hicimos nosotros, a juego con las invitaciones que enviamos. Estábamos agotados los días previos pero mereció la pena el esfuerzo.

Inaguramos la pista de baile con Can't Take My Eyes Off You, empezamos bailando Alberto y yo y luego nos pusimos a bailar con nuestros padres.

El tiempo no acompañó, pero no nos hizo perder la sonrisa, y el equipo de Los Claustros lo tenía todo preparado para que la boda fuera perfecta y lo consiguió